Metanfetamina, el arma secreta de los soldados nazis en la segunda guerra mundial
Estas sustancias fueron empleadas por los soldados de Hitler debido a que les permitía estar despiertos durante muchas horas y estar alertas.
LA metanfetamina con más de un siglo de vida. Creada en 1919 en Japón usando cono base la anfetamina. La metanfetamina afecta el sistema nervioso central, es un polvo blanco, cristalino, sin olor y con sabor amargo que se disuelve fácil en agua o licor. Su efecto estimulante, entre otras cosas, una disminución radical del cansancio (es muy común que esta sustancia produzca insomnio y falta del apetito).
El problema que tenía esta sustancia para los oficiales nazis era que, a pesar de que tenía efectos muy útiles durante los extensos combates que se vivían en Europa, también producían todo tipo de consecuencias negativas. Para empezar la metanfetamina provoca alteraciones nerviosas. Es decir, que la persona que esté constantemente en alerta en tensión. También existe el riesgo que una persona sufra un brote psicótico tras tomarla, aunque esto se produce normalmente a largo plazo y cuando el consumo es constante.
No les gustaba a los responsables militares debido a que podían producir alucinaciones, en personas jóvenes de 18 años pueden provocar trastornos severos que se pueden materializar de diferentes maneras.
La primera es con alucinaciones visuales (en el caso de los soldados ver un enemigo que no estaba ahí). Por otro lado, están las alucinaciones auditivas internas (oír una voz en su cabeza) o externas (escuchar a alguien a su alrededor, pero mirar y no ver nada.
Los soldados a su vez podían sufrir delirios. Se producen cuando alguien hace una interpretación errónea a algún estimulo externo. Alguien con delirios puede considerar que está planeando hacerle algo malo y actuará. En ese caso, no sería algo raro que un soldado disparara contra sus propios compañeros
La metanfetamina aumenta la sudoración de aquel que la consuma, genera vértigos y temblor e incluso agresividad e irritabilidad. Puede causar problemas cardiovasculares, incluyendo un aumento en la frecuencia cardiaca, latido irregular del corazón y elevación de la presión arterial. Una sobredosis puede elevar la temperatura corporal a niveles peligrosos (hipertermia) y producir convulsiones. Por otro lado, el consumo y abuso de éste, puede desarrollar una tolerancia a ella. Esto lleva al cuerpo a acostumbrase a sus efectos y a necesitar una cantidad mayor para sentir las sensaciones a corto plazo con el fin de intensificar los efectos deseados.
Fuentes bibliográficas
Alumno: Ferral Cuan Oscar Alejandro
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