El Aborto desde la Filosofía Personalista
Hoy en día el aborto es el tema más hablado y no quiero parecer algo aburrido, pero de cierto modo es un problema que la filosofía debe de analizar e incluso criticar a la misma sociedad para dirigirla hacia una polis más perfecta. La filosofía personalista inició en Francia en el siglo XX (tomando fuerza en los años 30s) cuyo máximo exponente es Emmanuel Mounier ante la crisis cultural y social en la que se encontraba Europa.
En este tiempo postmoderno y con los problemas que todavía siguen vigentes como el aborto, es necesario seguir profundizando sobre el concepto de hombre tras considerar como la sociedad de hoy lo está usando, por eso es importante que en este segundo ensayo hablemos del aborto desde la filosofía personalista porque su centro fundamental es la persona.
El objetivo del personalismo desde su origen fue ofrecer una alternativa a la corriente del individualismo y del colectivismo. Los elementos claves comunes es dar la primacía a la persona sobre la sociedad y transformar al individuo en persona, si reflexionamos sobre estos puntos, actualmente el concepto de persona se cambia por individuo o incluso por cosa o animal. Si en el problema del aborto no lo estudiamos desde el personalismo ¿que estamos haciendo? por eso debemos de estudiarlo desde el principio personalista porque ella nos ayuda a entender el concepto fundamental y estructural de la persona.
Hablar de personalismo es hablar de humanismo, porque el personalismo valora a la persona, hoy en día la dignidad de la persona se sacrifica y termina convertida en un mero instrumento u objeto. Es necesario abrir los ojos y veamos la realidad de nuestro mundo postmoderno que ha ido generando un capitalismo salvaje y el individuo al servicio de su propio bienestar.
Gracias a Emmanuel Mounier que él es quien nos introduce este nuevo concepto y que nos lleva a recuperar un correcto sentido de humanismo que supera las dificultades de la sociedad y nos conduce a actuar a una buena acción social.
El aborto es un problema porque ataca la dignidad de la persona, porque el hombre es persona y ser persona significa poseer una naturaleza racional y espiritual; ahora la modernidad ha hecho desaparecer de la persona concreta y se ha transformado en una entidad abstracta supraindividual antisutancialista y es por eso por lo que el hombre no entiende desde cuando se es persona; sino que es desde la concepción.
Por tal motivo es importante seguir recuperando la noción de persona como ser digno en sí mismo, es decir, la filosofía personalista se basa en afirmar el valor absoluto de la persona humana como un ser superior a cualquier realidad material o social. La persona debe ser respetada en su unidad, nada y nadie puede hacer uso de ella como un objeto, sino que debe de procurar su normal desarrollo y perfeccionamiento.
En este sentido, el aborto atenta contra el ser de la persona porque anula en ella su dimensión ontológica. El ser humano postmoderno llega actuar como su propio depredador porque no solemos respetar el valor integral que el ser humano posee, se trata de un valor absoluto e intercambiable, manipulable o sustituible por nada. La persona no se desecha como cualquier cosa, no se utiliza ni se instrumentaliza; no se puede atentar contra la dignidad de la persona como lo hace por ejemplo el aborto.
En ayuda del personalismo transformemos poco a poco nuestra realidad centrada en la primacía de la persona en contra de aquella civilización individualista y materialista porque se atreven a asegurar que el hombre no tiene una esencia ni una naturaleza humana y que incluso es despreciada y considerada como un enemigo que debe de ser eliminado. Así que todos tenemos la responsabilidad de humanizar todo lo que hagamos, desde la política hasta lo científico.
Juntos presentemos una revolución personalista que enfrenta eficazmente las consecuencias de la deshumanización, esta lucha de la acción comprometida por una realidad más humana.
Por: Lic. en Filosofía. Irving Alberto Torres Menchaca.
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